Cientos de personas caminaban las calles de la principal vía céntrica de la ciudad de Panamá, como lo era la Avenida Central, donde diversos centros comerciales hacían verdaderas ventas, frente a una situación económica que repercutía a los panameños de todas las clases y sectores del país. Sin embargo, dentro de la entidad castrense, los rumores de una posible invasión estadounidense para llevarse a Noriega eran muy cercanos.
Elementos de alta jerarquía internos allegados a [Manuel Antonio]
Noriega conocían de los planes sobre una posible invasión, sin embargo, el pueblo panameño desconocía el verdadero genocidio inhumano que los estadounidenses cometerían contra un pueblo indefenso que solamente buscaba celebrar sus fiestas de navidad y fin de año.
Los hechos acaecidos hace 34 años nos demuestran que es necesario amar más a nuestra nación donde fluya el respeto, la tolerancia, la igualdad y la justicia. De esa forma, los panameños aprenderán a valorar lo bueno que heredamos de nuestras generaciones.
No debemos vivir en el pasado ni olvidarlo, pero sí debemos perdonar y mirar que hay un futuro mejor por nuestra nación. Los jóvenes que dieron sus vidas en 1959 y 1964 lo hicieron con orgullo, con respeto, con dignidad.
Pensaron que algún día Panamá sería una gran nación con verdadero sentido patriótico. Ojalá que los jóvenes panameños valoren ese gran esfuerzo de aquellos jóvenes que deseaban lo mejor por Panamá. Esta fecha debe ser ejemplo de que no deseamos mas otra invasión.
Fuente: Metro Libre