Duelo nacional en Panamá rinde tributo a víctimas de invasión de EEUU

Duelo nacional en Panamá rinde tributo a víctimas de invasión de EEUU

Panamá, 16 dic (Prensa Latina) El gobierno de Panamá adelantó que el 20 de diciembre será declarado Día de Duelo Nacional, en recordación a las víctimas de la invasión de Estados Unidos en 1989, acontecimiento que hoy acapara nuevas investigaciones.

Aunque el decreto del Ejecutivo, anunciado la víspera, no precisa el programa de actividades por la fecha, indica que el lunes de la próxima semana, la bandera del país istmeño deberá ondear a media asta, aunque la jornada excluye el cierre de oficinas públicas ni privadas.

Juan Planells, presidente de la Comisión 20 de Diciembre, encargada de profundizar en los trágicos hechos, ha reiterado la disposición de retomar un tema olvidado, conocer la cantidad de muertos y ubicar a los desaparecidos que ocasionó la agresión, cifra que permaneció enterrada e ignorada.

Según Planells persiste un velo sobre el tema y el propósito es cambiar ese panorama, que los jóvenes tengan la posibilidad de conocer su historia y construir su futuro sobre la base de las raíces.

La comisión impulsó además exhumaciones de restos enterrados sin identificar en fosas comunes, para mediante técnicas de ADN conocer quiénes yacen en esos lugares, una búsqueda que continúa en el país.

A juicio de analistas, el intento de descubrir la verdad tiene detractores que acusaron a los miembros de la Comisión de exacerbar los enfrentamientos a lo interno de la polarizada sociedad que apoya o rechaza la invasión norteamericana.

Hace 32 años, Panamá fue laboratorio de la más alta tecnología de guerra diseñada por los Estados Unidos, según el libro “Cuando los gringos bombardearon el trineo de Santa Claus”, un compendio de lo publicado en el Quincenario Bayano, en febrero de 1990 y otros textos elaborados con posterioridad.

La denominada Causa Justa, cuyos objetivos expuestos eran acabar con la supuesta dictadura, capturar al exgeneral Manuel Antonio Noriega, restaurar la democracia y dar bienestar al pueblo, lo que en realidad trajo fue el caos al barrio mártir de El Chorrillo, en plena capital, que desapareció en parte por la artillería y las ‘operaciones quirúrgicas’ desde helicópteros.

Decenas de muertos civiles se acumularon en las calles, sin permitir a sus familiares rescatarlos, mientras las tanquetas cruzaban sobre ellos.

Esa imagen dantesca es solo una pincelada de los horrores vividos por las familias de esa comunidad, el periférico San Miguelito y la caribeña ciudad de Colón, aunque hubo otras agresiones a objetivos económicos, civiles y militares como puertos y aeropuertos.

Según historiadores, aún conviven quienes aplaudieron, celebraron y dieron la bienvenida a los invasores como “salvadores” de la nación canalera y los propios jerarcas castrenses, ejecutores de la acción y su gobierno, esconden lo ocurrido o tratan de tergiversar los motivos y las consecuencias del poderío militar lanzado contra el pueblo indefenso.

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