FUENTE: LA PRENSA
Cuando los comisionados nombrados para garantizar el cumplimiento de los compromisos incluidos en el Decreto Ejecutivo No. 121 del 19 de julio de 2016 recibimos el mandato, lo hicimos aceptando los deberes que imponía la búsqueda de la verdad con relación a los sucesos relacionados con la invasión del 20 de diciembre de 1989.
Para ello hemos emprendido recientemente lo que sugiere el numeral 1 de su artículo 6 que acepta incluir entre otras acciones “la realización de exhumaciones necesarias” “que permitan identificar a las víctimas en debida forma”.
Así hemos trabajado desde entonces especialmente en la identidad de los desaparecidos, víctimas de la invasión que no han sido reconocidos aun, cumpliendo con el mismo numeral 1 del artículo 6 que establece “determinar el número e identidad de las víctimas”.
No existe mayor sufrimiento que el de familiares y amigos que desde hace más de treinta años no saben dónde están los restos de sus seres más queridos para poder llorar su dolor ante sus tumbas como última expresión de solidaridad humana.
Dentro de las acciones emprendidas en ese sentido ha estado la de dar seguimiento cercano y apoyo a las exhumaciones emprendidas por la vía legal dando respuesta a las demandas interpuestas por catorce afectados que esperan descubrir dónde están los restos de sus familiares y que fueron acogidas por la fiscalía asignada para este caso cumpliendo lo establecido en el artículo 9 que dice “la Comisión coordinará acciones con la Procuraduría General de la República y el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses” ..
Con esa intención después de meses de intensa preparación con técnicos de la mayor calificación dirigidos por el doctor. José Vicente Pachard, acompañados de especialistas argentinos con amplia experiencia en investigaciones sobre restos después de pasados muchos años de existencia, el lunes 20 de enero de 2019 comenzamos el trabajo físico cavando una trinchera en el espacio asignado para los entierros de acuerdo a información obtenida en el Jardín de Paz, responsable del manejo del área. Todo esto autorizado por la Fiscalía Superior de Descarga de la Fiscalía Metropolitana de Homicidios dirigida por Geomara Jones que accedió a darle curso a lo dispuesto por el Segundo Tribunal Superior de Justicia.
No fue una decisión fácil pues encontramos fuerte oposición al inicio de los trabajos de parte de algunos grupos que por motivos aún desconocidos, hicieron fuerte presión para impedir que se conociera la verdad mediante este procedimiento.
Pensamos que la oposición pudo estar relacionada con el incumplimiento de protocolos de identificación seguidos en el proceso, seguramente justificados por las condiciones anormales vividas en el momento donde no existían instituciones panameñas con la autoridad para tomar decisiones teniendo en cuenta el mejor interés de la Patria.
Lo ejecutado está rindiendo resultados. Las cuadrillas a cargo de las excavaciones han descubierto diez cuerpos que nunca fueron contabilizados ni registrados como enterrados y por tanto de identidad desconocida. A ellos se les estás aplicando el protocolo de análisis que culmina con la prueba ADN para su correcta filiación. Esto nos indica la debilidad de las listas de víctimas que fueron elaboradas inicialmente sobre bases muy poco confiables.
De no haber iniciado las exhumaciones cediendo ante grupos de interés opuestos al trabajo, diez panameños hubieran permanecido enterrados desconociendo sus derechos a aparecer ante la realidad nacional como víctimas de la invasión del 20 de diciembre.
Tenemos testimonios de familiares que dicen ahora que identificaron a las víctimas sin haberlos visto y bajo indicaciones de los encargados de que esos eran sin dejarlos ver los cuerpos. Ante la oportunidad que se presenta en este momento de confirmarlo por vías de los modernos sistemas de individualización vía ADN están respaldando lo actuado. Todas las intervenciones tienen el apoyo documentado de los involucrados que reposan en el Ministerio Público.
Nuestra Comisión no está buscando responsables de acciones pasadas reconociendo que fueron tomadas en condiciones muy especiales consideradas de guerra y el interés principal nuestro está en encontrar la verdad como en el caso de estas diez víctimas que no hubieran aparecido sin la excavación que exhumó sus cuerpos permitiéndoles salir a la luz pública tras treinta años de olvido bajo tierra.
De eso se trata nuestro trabajo de investigación y lo llevaremos adelante contra viento y marea.
El autor es presidente de la Comisión 20 de Diciembre de 1989