El director de la Comisión 20 de diciembre de 1989, Rolando Murgas, resaltó hoy la identificación de la primera víctima de los hechos relacionados con la invasión de Estados Unidos a Panamá, hace 33 años.
En declaraciones al diario La Prensa el funcionario precisó que el hallazgo de los restos del ciudadano Ismael Dorcy Segura fue posible gracias a la colaboración de la Fundación de Antropología Forense de Guatemala, que realizó el análisis genético.
El examen de los restos óseos, que permitió la identificación, se realiza a 32 cuerpos que fueran exhumados del cementerio Jardín de Paz, en esta capital durante el año 2020, precisa la nota.
El caso por la desaparición de Dorcy Segura fue reabierto en enero de 2019 por el Ministerio Público, a solicitud de la comisión creada para esos fines en 2016, y que encabezara Juan Planells, fallecido a los 80 años de edad en octubre pasado.
Nacido en Cuba y radicado en Panamá desde 1961, Planells dijo en una ocasión en entrevista con Prensa Latina que su mayor reto era dar con el paradero de centenares de víctimas fatales y de desaparecidos para, junto a sus familiares, otorgarle digna sepultura a quienes ofrecieron sus vidas al enfrentar el vil ataque que sembró caos y muerte en barrios humildes como El Chorrillo.
En ese sentido, el ingeniero y exrector de la Universidad Santa María la Antigua, comentaba entusiasmado sobre un futuro estudio científico acerca de los cadáveres exhumados hasta el momento en los cementerios Jardín de Paz, en ciudad de Panamá: y Monte Esperanza, en la caribeña provincia de Colón.
Para ese fin, la Policía nacional había donado un Laboratorio de ADN destinado al estudio de esos restos agrupados en 38 bolsas, señalaba entonces.
Luego de 33 años, el anuncio del primer positivo identificado mediante ADN entre las víctimas desaparecidas como consecuencia de la invasión norteamericana tuvo lugar la víspera en ocasión de los actos protocolares por el Día de Duelo Nacional, decretado en marzo último.
Historiadores estiman que la denominada Causa Justa, cuyos alegados objetivos eran acabar con la supuesta dictadura, capturar al exgeneral Manuel Antonio Noriega, restaurar la democracia y dar bienestar al pueblo, en realidad trajo la muerte al barrio mártir de El Chorrillo.
Además de las pérdidas humanas, esta invasión ocasionó la destrucción de gran parte de la infraestructura de Panamá, dejando a miles de personas sin hogar, obligadas a desplazarse de sus domicilios, refugiándose en otros territorios.
Aunque la capital fue la más golpeada por esa operación bélica, también hubo víctimas en la caribeña provincia de Colón y en Río Hato, zonas bombardeadas e incendiadas indiscriminadamente.
Fuente: Prensa Latina